domingo, 13 de julio de 2008

Domingo

Por única vez te pido una salvalción
te ruego e imploro
sacame de aca,
de este nudo,
inflexifle
que no me deja descansar.
El deseo del descanso eterno.
Muerdo mis labios para no creer
para no desear.
Cierro los ojos
y respiro
bien profundo,
para no ahogarme
para no asfixiarme.
El sol brilla y hay silencio,
en cada habitación se escucha el silencio,
que aturde.
Mordiendo la quietud,
todo en su justo lugar
todo enverdecido,
rasgando la transparencia
de la imágen pulcra,
pura.

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